lunes, 22 de noviembre de 2010

Relaciones con la industria farmacéutica

Salido de una enfermedad menor, destaco lo que más huella me ha dejado en la “blogosfera “. Destaca un post de  Farmacriticx , titulado: Carta de un empleado de GSK recién jubilado, rescatado y redimensionado por Atensión Primaria en el post: "Retrato de una relación enferma".

El primero revela una carta de un jubilado de Glaxo que cuenta todas las maldades y manipulaciones que él sabe comete la industria para con nosotros (que nos dejamos). Nos dicen que la carta va con firma y DNI, pero a pesar de ello, la anonimizan. La pena es que el autor aún no haya ido al juzgado más cercano, ahora que ya no es miembro activo del laboratorio (será por amenazas y demás, como en las pelis, digo yo). “Atensión Primaria “amplía el asunto y señala a los llamados “expertos” que , con charlas bien remuneradas, ganan las voluntades de los “no expertos”.
Este tema tiene muuucha enjundia y me toca en lo personal, pues me he sentado en los dos bancos (en uno como aspirante a experto sin llegar a serlo, por supuesto). Pero, puestos a   sumar, aporto experiencias de la vida , para la discusión:
1.- Gerentes que no permitían  reuniones docentes  esponsorizadas por la industria, y que luego – al abandonar la poltrona- eran los primeros en acudir a viajes “patrocinados” por aquélla.
2.- Altos cargos relacionados con la política de farmacia, luego eran contratados por la industria que habían  atacado, al abandonar el cargo y dejar el funcionariado.
3.- Compañeros que no recibían a los delegados en el centro, pero vieron el camino de Damasco cuando fueron ayudados por la industria por  un objetivo científico y “ético”, y cambiaron de actitud.
4.- Compañeros algo más “duros” que veían cómo sus actividades “éticas “ eran financiadas por fundaciones emanadas de esa misma industria.
5.- Compañeros bienintencionados que se pagan alojamiento e inscripción a Congresos cuya organización ha sido financiada en un gran porcentaje por la misma industria que rehúyen.

Esto son contrastes para evidenciar  que el problema no es relacionarse con la industria, sino saber mantener un equilibrio entre un beneficio lícito (financiación de actividades docentes e investigadoras) y otro ilícito (inducir a la prescripción fraudulenta).  Unos lo saben hacer , y otros no (he puesto ejemplos de los dos casos, animarse a descubrirlos). La parte médica y la de márketing  de la industria, aunque  separadas, son dos perfiles de una misma cara. Por eso,  cuanto más separación haya entre el que dirige la actividad  docente-investigadora y quien la financia, mejor que mejor. Así, es mejor que los “expertos” sean reclutados por sociedades científicas u otras instituciones oficiales que organicen  las actividades formativas, aunque la financiación sea de la industria médica.
Sin embargo, los  médicos deberíamos  cuidarnos buscando fuentes de información donde se conociera el conflicto de intereses de los autores  (esos “expertos”) y de los transmisores (el medio)  de la información médica. Además, deberíamos utilizar diferentes fuentes, pues tan importante es saber lo que se dice, como lo que se omite.
Recientemente, un cargo oficial daba consejos prácticos para relacionarnos con los delegados médicos en el centro de trabajo: 1) "tomar la dirección" de la entrevista, 2) solicitar la ficha técnica del fármaco  y 3) solicitar artículos de referencia de calidad.
Otra cosa sabida, y que tanto miedo da a gestores y responsables de farmacia : somos conscientes de que al interactuar con la industria, vertiente márketing, estamos en riesgo de ver alterada nuestra prescripción. Esto debe hacer extremar nuestros mecanismos de defensa natural. Se agradece leer un clásico artículo de  Kerry J Breen en The Medical Journal of Australia: The medical profession and the pharmaceutical industry: when will we open our eyes?, que el autor resume así:

1.- La mayor parte de los médicos niegan que los regalos de la industria influyan en su prescripción .
2.- El número de regalos recibidos se correlaciona con la creencia de que ver a los representantes no influye en su prescripción.
3.El 80- 95 % de los médicos ve a representantes de la industria con regularidad.
4.- A más frecuencia de contactos, mayor prescripción innecesaria e incremento del uso de nuevos fármacos.
5.- La asistencia a conferencias patrocinadas se  asocia a una mayor prescripción del producto del patrocinador. Este aumento puede mantenerse  durante los siguientes 6 meses
6.- Se estima que la industria gasta aproximadamente 21 000 dólares (*)  por año por médico  sometido a actividades promocionales.
(*): Dólares Australianos, año 2004

Existe un comentario y resumen  en castellano en una  revista Nicaraguense, para el que no domine el inglés (aunque el artículo  se puede traducir directamente en Google).
Para acabar, adjunto el  Código  Español de Buenas Prácticas de Promoción de Medicamentos y de interrelación de la Industria Farmacéutica con los Profesionales Sanitarios (Julio,2008), para quien lo quiera leer, por si le anima al día.
Por mi parte, tengo una manera de saber si lo que hago es ético o  no. Y es responder a la pregunta: ¿te avergonzarías si tus pacientes supieran lo que haces en tus relaciones con la industria?. ¿Podrías decírselo a la cara  sin ruborizarte?.
arios

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