domingo, 5 de septiembre de 2010

Señor Portfolio: ¿qué tal lo estoy haciendo?



Hace tiempo, ya no sé en qué curso era, uno de los docentes nos dijo que fue después de la guerra de Bosnia cuando, para poder evaluar la competencia de sus sanitarios, aplicaron el portfolio. Tal era la devastación sufrida que habrían desaparecido archivos y las cátedras y universidades quedaron vacías, y era difícil saber quién  había conservado la competencia y quién  no. Para mí las imágenes de un país en ruinas y unos colegas luchando por evidenciar su capacidad para ejercer la medicina  era muy potente, visceral.  También era curiosa la idea en sí misma del portafolio, método aceptado de evaluación  que  consistía en un acúmulo de experiencias docentes (imagino que casi todas propias de la medicina de guerra y civil, del frente y de la retaguardia). Su mayor fuerza , al parecer, residía en las reflexiones del alumno sobre su propio aprendizaje y en aportar testimonios de lo realizado.  Matus y cols lo explican muy bien en la   Revista de Educación en Ciencias de la Salud, de Chile. 
El portfolio tiene gran tradición en enfermería, pero antes se ha usado extensivamente en áreas ajenas a la sanidad. Originariamente  fue un portfolio tipo caja donde se acumulaban papeles con fotos, vídeos, memorias, calificaciones de exámenes, al estilo de los “books” de fotógrafos y modelos... Hoy se impone el portfolio electronico . Helen Barret, ajena a la medicina,   es una gran batalladora con su e portfolio, con una web   y un  Blog admirables.
Driessen es quien más ha publicado sobre portfolio en educación médica , objeto de su tesis doctoral, habiendo profundizado en los aspectos críticos de su validez. 
En    España hay variados ejemplos y se ha implantado en el  Programa MIR de MFyC desde hace dos años (ahora son residentes de 2º año) habiéndose evaluado  experiencias piloto. 
Pero el portfolio  tiene un campo de aplicación en educación médica, no exento de controversias . Se ha criticado su uso en evaluación sumativa (problemas de  fiabilidad) aunque se reconoce que , aplicado junto a otros métodos evaluativos , amplía el conocimiento del alumno y ,principalmente, estimula a éste a un  aprendizaje más completo.  
Años después de la anécdota referida al principio, emprendí mi propio Portafolio docente. , dentro del programa de desarrollo continuo de semFYC.  El mapa de competencias  semFYC para desarrollo profesional general y docente es un ejemplo de intento de organizar y homogeneizar los objetivos docentes del aprendizaje en forma de tareas basadas en la práctica real.  Para mí, fueron meses donde lo más laborioso era reflexionar sobre lo que  hacía  una vez encontradas las pruebas de que, efectivamente, cumplía los objetivos propuestos. Aunque estos se orientaban más hacia un perfil de docente “profesor” en seminarios o clases y no como tutor de estudiantes y residentes, me abrió unos horizontes por los que todavía hoy transito. Y debo felicitar a mi  tutor, que me sufrió.
Por eso, este Blog intentará  ser, también, mi portfolio docente: todavía en construcción.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario