domingo, 22 de agosto de 2010

La carta del Decano



Dicen que cada vez se escriben menos cartas por eso  del Internet. Pero, bueno, siempre han existido las cartas de recomendación. Aunque yo creo que en España esto se mira mal y las recomendaciones se dicen al oído, en un susurro . “Mira por él, que es buen chico”, “ a ver si le das una ayudita, que se lo merece, el pobre”. Como en mi país hay tanto funcionario, las “ayuditas” no se necesitan para  aprobar el exámen  de acceso al postgrado pues es  de tipo test (“exámen MIR” ), pero sí   cuando hay tribunales que puntúan subjetivamente la labor del examinado. También son útiles cuando has acabado la especialidad y entras en una bolsa de desempleo donde los méritos académicos son importantes, pero no los únicos,  para el acceso a una  plaza interina.
 En los “USA” hay una figura clásica como es ” la carta del Decano” donde él valora tu trabajo de los cuatro años  de pregrado antes de iniciar la residencia. En Academic Medicine se ha publicado recientemente un trabajo de  Brenner y cols. (acceso gratuito) donde , con un diseño de casos controles, y valorando los factores asociados a la figura del residente “problema” (definido como “cualquier residente cuya conducta interfiere con el funcionamiento de la residencia”), concluyen que es la carta del Decano el mejor predictor de su existencia. Descartan otros como notas escolares, calificaciones del UMSLE (United States  Medical Licensing Examination), o entrevistas de acceso al postgrado. Para establecer estas conclusiones analizaron las cartas de recomendación del Decano ,durante 20 años (1987-2007), acerca de  82 residentes  pertenecientes al programa de psiquiatría de adultos de la Universidad de Texas, Southwestern Medical Center, Dallas.
Tan importante es este asunto, que la  AAMC ( Association of American Medical Colleges) ha estandarizado el formato de la carta del decano  buscando objetividad y neutralidad. Pues sabemos que los decanos “velan” por el futuro de sus licenciados, pero también tienen un deber para con la sociedad.
Y os preguntaréis qué tipo de consideraciones hacían los decanos  en sus evaluaciones negativas. Incluían frases valorativas como:
 “Muy nervioso, tímido al principio”, “Manifestó poca curiosidad”, “Tuvo dificultades aplicando el conocimiento a la clínica”, “Él pasó como muy desafiante”, “Puede parecer demasiado seguro para su nivel de entrenamiento”, “Falta de entusiasmo y problemas de organización”, “Necesita leer más por su cuenta”, “Mucho esfuerzo, pocos resultados”.
 Y llevado a nuestro puerto.¿Para qué queremos una carta de este tipo si no la utilizaríamos ?. Eso creo. Yo no recuerdo ni el nombre de mi Decano y estoy seguro que él nunca supo el mío.
 La verdad es que yo quiero tener un decano como éstos .

 Bueno empezamos hablando de “enchufes” y acabamos hablando de cartas serias y razonables. Y para despedirme, como  no quiero malos rollos, dejo una canción muy antigua . Y al que no le guste Rapahel, que pase a otra cosa ( la canción es.. "A veces llegan cartas", ¡cómo no!).


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